-Tachame la doble-

Relatando otra realidad

lunes, 2 de enero de 2012

Sonrisa Torcida

Los labios se van secando.
Se cortan, se rajan, se agotan.
Duele más, muchisimo más la sangre, que de a finos hilos fluye, que la mismísima grieta.
Duele más que el beso no demuestre la caricia, que la propia herida, chocando contra la boca sana.
Árida, desierta, devastadamente abandonada, la herida se camufla entre los pliegues.
Dice "no pasa nada", no quiere doler.
Muere de envidia, se envenena, se raja, se ahonda.
Se rasga, se retuerce, convulsiona.
Quiere salir, explotar, sanar.
Sanar? Cierto.
Reponerse, aliviar la inflamación.
Fortalecer los tejidos.
Calmar la sed.
Calmar-se.

Pero ojo, no te creas