Seguí recorriendo con la mirada;
cada espalda era tu espalda,
Cada cigarro en tu boca.
Engañé a mis oidos con falsos llamados.
Sentí tu soplido en mi cuello.
No era ni el viento.
Alejada de toda cordura,
Refugiada en la imprudencia.
Te espero. Te espero?
Hasta cuándo?
miércoles, 28 de marzo de 2012
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¿A la vuelta de la esquina? Encrucijadas...
ResponderEliminarTu solo sigue.
ResponderEliminarque linda que sos ailén
ResponderEliminarQue anónima que sos, persona
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