Diario de una desapendizada

En la televisión no hay nunca nada interesante.
Me miro la panza unas tres veces al día.
Le hablé a las heridas y llegamos a un acuerdo.
Ya estamos en paz. Pero.

Extraño el café.
Extraño el chocolate, el dulce de leche y las galletitas rellenas.
Extraño un pancho con papas fritas y un fernet con amigos.
Extraño dormir boca abajo.
Extraño rascarme la panza sin preocupación, incluso cuando no lo hice nunca.
Extraño pasar un día entero sin dolores ni ibuprofeno.
Extraño salir.
Extraño a mis compañeros.
Extraño el mate.
Extraño mis ganas de moverme.
Extraño caminar a mi ritmo.

Extraño el mundo real.