Se le enfría la fiebre al verano,
por un par de segundos
sobre el pecho.
como quemándose con té,
con hielo seco,
con braza incandescente.
No entienden,
hay veces que no entiendo,
Porque (¿por qué?) todo es así
reiterado y constante.
Cíclico y adoquinado.
Me obligo a obligarme y despegarme,
que ya no soy chicle.
Me pido un mínimo de compasión
a la hora de acercarme al pecho quemado,
a la garganta seca y el ánimo anudado.
-Fuerza chica que vas bien!-
Me grité desde un rincón de mi interior
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Wow, un texto increíble, de verdad.
ResponderEliminarPero no por ello haremos como la malvada reina del cuento y romperemos el espejo cuando distorsione nuestro más preciado reflejo. Y de estar tentados a hacerlo tendremos la prevención de usar después sus pedazos como brillantes abalorios, sabedores del descrédito de sus quilates. Pues así amanece cada esfuerzo, como usted misma constata en su poema, con la fuerza de un futuro prometedor que a la vuelta de la espiral le espera.
ResponderEliminarbello poema. Interesante juego de repeticiones
ResponderEliminarbuenassss, me quemé y me refresque con este poema.
ResponderEliminarpd: volvió http://inhumorinhumano.blogspot.com/