Si pudiese ir al mejor peluquero del mundo con corte pago (Ponele que gané un premio) no tengo idea que haría.
Estoy en el tiempo de espera, el más aburrido. Lo único que hago es aguantar hasta que mi pelo se digne a crecer. Quizás ahí, después de eso si, se me ocurra algo.
-Cortarlo corto? Estás desequilibrado mentalmente? LO QUIERO LAAAAAAARGO!!
-Cortarme el flequillo? No, sólo yo estoy autorizada para eso.
-Cortarme las puntas? SI, CLARO. Te digo "cortame asiiií" (deditos como si quisieras aplastar una hormiga mega chiquitita) y me queda un corte carré que podría usar tranquilamente para bailar Chicago.
No creo en los peluqueros, desconfío de ellos y además.. me dan un poco de miedo.
Así que, si llegara a ganar, implementaría ese tiempo para charlar con el peluca en cuestión, tomarnos un cafecito (-dejá tus tijeras donde las pueda ver!) y quizás, solo quizás vea si, hablando, me puede sacar ese horrible sentimiento de preferir un tratamiento de conducto a tijeras extrañas esquiando por mi inocente pelo.
Tijerita tijerón, no me junto más con vos.
sábado, 10 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Yo también los odio, por eso me corto el pelo yo sola :D
ResponderEliminar